Para que entiendas por qué duelen los tendones, vamos a empezar explicando qué es un tendón. El sistema musculoesquelético está formado por huesos, articulaciones, músculos, tendones, y fascias. Los tendones son bandas de tejido conectivo que se encuentran a cada extremo del musculo y tienen la función de anclar ese tejido al hueso o de fijarlo a otra estructura.
Etiológicamente la palabra tendinitis quiere decir inflamación (-itis) del tendón. Es por tanto una lesión inflamatoria del tejido de inserción, causado normalmente por sobreuso, aumento de tensión, o traumatismo.
Seguro que has oído hablar del «codo de tenista» (epicondilitis o tenidinitis lateral) y, a lo mejor, también del «codo de golfista» (epitrocleitis o tendinitis medial). Con esos nombres, podrías llegar a pensar que si no juegas a ninguno de esos dos deportes estás libre de padecer estas patologías, pero lamentamos decirte que no es así. Es común ver a electricistas, peluqueros, administrativos, jardineros, personal de mantenimiento… sufriendo tendinitis de este tipo. En general, es una afección que puede sufrir cualquier persona que tenga un uso importante de la musculatura del antebrazo, muñeca y mano y solo un 5% de los afectados por esta patología es deportista.
En esta entrada del blog nos vamos a centrar en la tendinitis lateral. Esta afección de los tendones se asocia a movimientos repetitivos de la extensión de la muñeca, que provoca microlesiones en la inserción de los tendones extensores a nivel del codo.
Al principio, el paciente notará molestias en la zona externa del codo y, es probable, que no le preste demasiada atención. La mala noticia es que es una patología que cronifica con facilidad y que debes hacer caso a esos síntomas para intentar poner remedio lo antes posible. Mucha gente puede pasarse mas de un año con tendinitis que terminan pasando por una infiltración o cirugía. ¿Hace falta llegar a eso? No, por supuesto que no, pero hay que estar atento. Es indispensable hacer caso a los síntomas, ya que ignorarlos no hará que desaparezcan.
Nuestro tejido tiene la capacidad de autorepararse (el cuerpo humano hace cosas increibles) y lo normal sería que, después de iniciarse el proceso inflamatorio, nosotros mismos pudiéramos recuperarnos. Por desgracia, no siempre funcionamos como quisiéramos y podría complicarse un poco, y que esa reparación termine no dándose de la forma correcta.
Pasado el tiempo, esas molestias que eran solo después de hacer algún esfuerzo, se vuelven más constantes. Lo ideal es que acudas a un fisioterapeuta con los primeros síntomas, aunque eso no suele ocurrir. Lo cierto es que salvo los deportistas, el resto de la población suele esperar a estar realmente con muchas molestias antes de acudir a un profesional.
No te preocupes, intentaremos hacer todo lo necesario para devolver a ese tendón su estructura y funcionalidad anterior a la lesión. Una cosa tenemos clara, no queremos que te infiltres y mucho menos queremos que acabes en un quirófano.
Vamos con los síntomas típicos. Es posible que tengas epicondilitis si presentas…
- Dolor en la cara externa del codo
- Irradiación de dolor al brazo, antebrazo y mano
- Falta de fuerza en el agarre de objetos
- Dolor al estiramiento de los músculos extensores
- Dolor al iniciar el movimiento del codo después de un tiempo sin moverlo (como cuando te levantas de la cama)
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¿Cómo vamos a tratar la epicondilitis?
Hay muchas formas de abordar esta patología y nuestra proposición de tratamiento no diferirá mucho de la de otro fisioterapeuta… o sí («cada maestrillo tiene su librillo»)
- Hay que eliminar el exceso de tracción que recibe el tendón para ayudar la reparación por lo que utilizaremos terapia manual (inhibición muscular), aparatología y fisioterapia invasiva para conseguirlo (punción seca)
- Un punto clave es reactivar la regeneración del tejido con técnicas como la Fibrólisis Diacutánea (más conocida como «ganchos»), la Electrólisis Percutánea Intratisular (más conocida por sus siglas: EPI) e INDIBA, porque queremos que ese tendón vuelva a ser como era antes de lesionarse.
- Puesto que una de las cosas que más le preocupa al paciente es el dolor, también buscaremos reducir el dolor con Neuromodulación Percutánea Ecoguiada, INDIBA y terapia manual (Movilizaciones osteopáticas, Concepto Mulligan)
- No hay que olvidar que el paciente tiene una parte activa muy importante en la recuperación y será necesario que lleve a cabo un protocolo de ejercicios que le indicará el fisioterapeuta para realizar en casa. Es una de la cosas mas importantes en el tratamiento.